lunes, 31 de octubre de 2016

Lectura de Noviembre.

¡Hola palomitas!
Este mes os traigo un cuento sobre Halloween. Halloween o también conocido como Noche de Brujas, es una fiesta que significa el fin del verano y se celebraba al finalizar la temporada de cosecha en Irlanda.
Espero que os guste... 



Érase una vez un niño verde, sí, sí, verde como las lechugas y, ¿por qué era verde? Porque sus padres eran unos brujos verdes, pero brujos buenos, claro. La verdad es que ser verde le había traído muchos problemas, a los demás niños no les gustaba y muchos se reían de él y como sus padres veían que se ponía muy triste, lo tenían siempre en casa. Se acercaba el cumpleaños de Distin. Últimamente había estado un poco triste porque se sentía solo, así que su madre decidió buscar en su libro de hechizos uno para poder alegrar a su pequeño. Así que buscó y rebuscó, pero su magia no podía cambiarlo de color ya que como también era un brujo la magia no funcionaba con él. Nada, no encontraba nada hasta que vio que había un hechizo llamado Halloween. Era muy difícil de hacer y solo duraba una noche, pero tenía que intentarlo. Así que empezó el plan, era 31 de octubre, el cumpleaños de Distin, a preparar la fiesta e invitar a todos los niños, pero no la podía hacer en su casa porque sino los niños no querrían ir, así que la haría por todas las casas del pueblo. Tenía que decorar y para eso sí que usaría su magia, utilizaría su decoración favorita, calabazas, murciélagos, arañas, cosas de brujas...
“La noche de Halloween quiero celebrar arañas, murciélagos, calabazas para decorar, caramelos, piruletas dulces para regalar todos los niños para participar. “Truco o trato” dirán y en monstruos se transformarán.” Lanzó su hechizo y todo el pueblo quedó decorado, llamó a Distin para que lo viese, le encantaba cómo estaba todo, pero no había niños con los que jugar.
“Espera y verás”, le dijo su madre. Y al viento susurró “truco o trato” y hasta las orejas de los más pequeños el susurro llegó.
Cada vez que alguien decía estas palabras el hechizo le transformaba en monstruo, pero en un monstruo bueno y divertido. Cada vez eran más brujas, hombres lobos, vampiros, momias… Distin era uno más, ya podía ir a jugar con ellos sin sentirse diferente. Así lo hizo. Llamaban a todas las casas y les daban caramelos, era el mejor cumpleaños que nunca había vivido, era feliz siendo uno más. Un pequeño vampiro se pasó toda la noche con él, se lo pasaron genial, estuvieron hablando y tenían muchas cosas en común, les gustaban los mismos libros de aventuras y jugar a adivinar acertijos, y cómo no correr de un lado para otro.
Pero la noche llegaba a su fin, y el hechizo de Halloween también. “Qué pena no volver a ver a su amigo”, pensaba. Decidió aprovechar hasta el último momento, hasta que el hechizo se deshiciera. El primer rayo de sol apareció y el pequeño vampiro pasó a ser simplemente Ánder, un niño normal y corriente, pero Distin no cambió, Ánder se extrañó:
- ¿Por qué sigues siendo verde? ¿Es que no vas a volver a ser normal?
- Ya soy normal, siempre he sido así.– Y Distin le explicó que era hijo de unos brujos. A Ánder no le importó, se lo había pasado tan bien con él aquella noche que quería poder jugar con él otro día. Y así lo hicieron, y no solo un día sino muchos más. Otros niños también se acercaron a jugar con él al ver que Ánder no se asustaba y que se divertían juntos.
También hay que decir que otros niños se seguían riendo de él, pero bueno no se puede gustar a todo el mundo, lo importante es que tenía amigos que lo querían tal y como era, verde como una lechuga. Y como se lo habían pasado tan bien, Distin cada 31 de octubre celebra su cumpleaños y ya debe tener más de mil años.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Criterios de divisibilidad.

Los criterios de divisibilidad nos permiten descubrir si un número es divisible por otro sin necesidad de hacer la división.


Actividad 1

Actividad 2

Actividad 3

Actividad 4

Actividad 5


martes, 18 de octubre de 2016

Múltiplos y divisores.

LOS MÚLTIPLOS:

Los múltiplos de un número se obtienen al multiplicar ese número por los números naturales: 1,2,3,4...

Cómo hallar los múltiplos de un número:


Haz click en las actividades:

Actividad 1

Actividad 2

Actividad 3

Actividad 4

Actividad 5


DIVISORES:

Un número es divisor de otro si, al hacer la división, el resto es 0.

Cómo hallar los divisores de un número:


Para calcular los divisores de un número, dividimos dicho número por los números naturales 1,2,3,4... Y de cada división, se deducen dos divisores: el cociente y el divisor. Dejamos de buscar divisores cuando el cociente de la división sea menor que el divisor.






miércoles, 12 de octubre de 2016

Foro.

¡Hola palomitas!

Creo un nuevo espacio en este blog y es el FORO. 

Todos os preguntaréis qué es y voy a explicaros: un FORO es un espacio de comunicación en el que exponemos algún tipo de duda y serán nuestros propios compañer@s los que podrán contestarnos, aclararnos algunas ideas, etc.

¿Cuál es la función de nuestro FORO?


  • Intercambiar información
  • Debate, diálogo y comunicación
  • Trabajo y aprendizaje cooperativo
  • Expresar nuestras ideas y pensamientos de forma educada y respetuosa.



Por lo tanto, ¡queda inaugurado el FORO como espacio de nuestra clase!
 
Espero pronto vuestras aportaciones y dudas... seguro que alguna tenéis.

jueves, 6 de octubre de 2016

Tipos de células

Resultado de imagen de tipos de celulas gifOs dejo este cuaderno para que naveguéis en él y repaséis sobre las células y los tipos. También tiene muchas actividades.

El cuaderno empieza en la página 11 así que no asustaros en las primeras páginas porque eso es para profes...


Cuaderno de la célula

martes, 4 de octubre de 2016

Potencias

¡¡Hola!!


Os traigo algunos juegos para repasar las potencias, ¿os atrevéis?

Juego de números al cuadrado


Juego de potencias



sábado, 1 de octubre de 2016

¡Lectura de Octubre!

Hola chic@s!!

Comenzamos el mes de octubre y no hay mejor manera de empezar que leyendo el siguiente relato: CAPERUCITA ROJA Y EL LOBO. 

Pensaréis que es el cuento que ya os sabéis pero este tiene alguna que otra sorpresa, ¿me contáis qué os parece? 
Por cierto, el autor de este relato es Roald Dahl, ¿os suena? Sí, es el mismo autor de Matilda (fragmento que leímos en la Unidad 1 de Lengua) y además está escrito en verso.

Espero que os guste y si queréis podéis comentar con vuestro momento favorito del relato. 

CAPERUCITA ROJA
     Y EL LOBO.    



Estando una mañana haciendo el bobo
le entró un hambre espantosa al Señor Lobo,
así que, para echarse algo a la muela,
se fue corriendo a casa de la Abuela.
"¿Puedo pasar, Señora?", preguntó.
La pobre anciana, al verlo, se asustó
pensando: "¡Este me come de un bocado!".
Y, claro, no se había equivocado:
se convirtió la Abuela en alimento
en menos tiempo del que aquí te cuento.

Lo malo es que era flaca y tan huesuda
que al Lobo no le fue de gran ayuda:
"Sigo teniendo un hambre aterradora...
¡Tendré que merendarme otra señora!".
Y, al no encontrar ninguna en la nevera,
gruñó con impaciencia aquella fiera:
"¡Esperaré sentado hasta que vuelva
Caperucita Roja de la Selva!"
-que así llamaba al Bosque la alimaña,
creyéndose en Brasil y no en España-.

Y porque no se viera su fiereza,
se disfrazó de abuela con presteza,
se dio laca en las uñas y en el pelo,
se puso la gran falda gris de vuelo,
zapatos, sombrerito, una chaqueta
y se sentó en espera de la nieta.

Llegó por fin Caperu a mediodía
y dijo: "¿Cómo estás, abuela mía?
Por cierto, ¡me impresionan tus orejas!".
"Para mejor oírte, que las viejas
somos un poco sordas". "¡Abuelita,
qué ojos tan grandes tienes!". "Claro, hijita,
son las lentillas nuevas que me ha puesto
para que pueda verte Don Ernesto
el oculista", dijo el animal
mirándola con gesto angelical
mientras se le ocurría que la chica
iba a saberle mil veces más rica
que el rancho precedente. 

De repente Caperucita dijo: "¡Qué
imponente 
abrigo de piel llevas este invierno!".
El Lobo, estupefacto, dijo: "¡Un cuerno!
O no sabes el cuento o tú me mientes:
¡Ahora te toca hablarme de _mis dientes_!
¿Me estás tomando el pelo...? Oye, mocosa,
te comeré ahora mismo y a otra cosa".

Pero ella se sentó en un canapé
y se sacó un revólver del corsé,
con calma apuntó bien a la cabeza
y -¡pam!- allí cayó la buena pieza.

Al poco tiempo vi a Caperucita
cruzando por el Bosque... ¡Pobrecita!
¿Sabéis lo que llevaba la infeliz?
Pues nada menos que un sobrepelliz
que a mí me pareció de piel de un lobo
que estuvo una mañana haciendo el bobo.