Comenzamos el mes de octubre y no hay mejor manera de empezar que leyendo el siguiente relato: CAPERUCITA ROJA Y EL LOBO.
Pensaréis que es el cuento que ya os sabéis pero este tiene alguna que otra sorpresa, ¿me contáis qué os parece?
Por cierto, el autor de este relato es Roald Dahl, ¿os suena? Sí, es el mismo autor de Matilda (fragmento que leímos en la Unidad 1 de Lengua) y además está escrito en verso.
Espero que os guste y si queréis podéis comentar con vuestro momento favorito del relato.
CAPERUCITA ROJA
Y EL LOBO.
Estando una mañana
haciendo el bobo
le entró un hambre
espantosa al Señor Lobo,
así que, para echarse
algo a la muela,
se fue corriendo a casa
de la Abuela.
"¿Puedo pasar,
Señora?", preguntó.
La pobre anciana, al
verlo, se asustó
pensando: "¡Este me
come de un bocado!".
Y, claro, no se había
equivocado:
se convirtió la Abuela en
alimento
en menos tiempo del que
aquí te cuento.
Lo malo es que era flaca
y tan huesuda
que al Lobo no le fue de
gran ayuda:
"Sigo teniendo un
hambre aterradora...
¡Tendré que merendarme
otra señora!".
Y, al no encontrar
ninguna en la nevera,
gruñó con impaciencia
aquella fiera:
"¡Esperaré sentado
hasta que vuelva
Caperucita Roja de la
Selva!"
-que así llamaba al
Bosque la alimaña,
creyéndose en Brasil y no
en España-.
Y porque no se viera su
fiereza,
se disfrazó de abuela con
presteza,
se dio laca en las uñas y
en el pelo,
se puso la gran falda
gris de vuelo,
zapatos, sombrerito, una
chaqueta
y se sentó en espera de
la nieta.
Llegó por fin Caperu a
mediodía
y dijo: "¿Cómo
estás, abuela mía?
Por cierto, ¡me
impresionan tus orejas!".
"Para mejor oírte,
que las viejas
somos un poco
sordas". "¡Abuelita,
qué ojos tan grandes
tienes!". "Claro, hijita,
son las lentillas nuevas
que me ha puesto
para que pueda verte Don
Ernesto
el oculista", dijo
el animal
mirándola con gesto
angelical
mientras se le ocurría
que la chica
iba a saberle mil veces
más rica
que el rancho precedente.
De repente Caperucita dijo:
"¡Qué
imponente abrigo de piel llevas este invierno!".
imponente abrigo de piel llevas este invierno!".
El Lobo, estupefacto,
dijo: "¡Un cuerno!
O no sabes el cuento o tú
me mientes:
¡Ahora te toca hablarme
de _mis dientes_!
¿Me estás tomando el
pelo...? Oye, mocosa,
te comeré ahora mismo y a
otra cosa".
Pero ella se sentó en un
canapé
y se sacó un revólver del
corsé,
con calma apuntó bien a
la cabeza
y -¡pam!- allí cayó la
buena pieza.
Al poco tiempo vi a Caperucita
cruzando por el Bosque...
¡Pobrecita!
¿Sabéis lo que llevaba la
infeliz?
Pues nada menos que un
sobrepelliz
que a mí me pareció de
piel de un lobo
que estuvo una mañana
haciendo el bobo.
que guay esta ¿este poema es de un libro que se llama cuentos en verso para niños perversos?
ResponderEliminar¡Hola Ale! Sí, es de ese libro: Cuentos en verso para niños perversos. Es muy divertido ;)
EliminarMola mucho el cuento Nuria
ResponderEliminarVas ha ser la profesora y a la vez una escritora alucinante
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarMe esta dando mucha rabia que estoy mirando ahora el blog y me has fastidiado el poema que he pensado yo esta tarde
ResponderEliminar¿Quien seras...?
ResponderEliminarYo creo que lo se pero no estoy muy segura...
EliminarNuria en mi ordenador en el párrafo 4 en la primera línea me pone ''llego por fin caperu al mediodía ''y luego como sige
ResponderEliminarQuien eres😓😓😓
ResponderEliminarQuien eres😓😓😓
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarHasta el miércoles no lo sabréis por ahora solo lo se yo
ResponderEliminarYa veremos quién eres... ¡¡Te encontraremos!!
Eliminar