sábado, 1 de octubre de 2016

¡Lectura de Octubre!

Hola chic@s!!

Comenzamos el mes de octubre y no hay mejor manera de empezar que leyendo el siguiente relato: CAPERUCITA ROJA Y EL LOBO. 

Pensaréis que es el cuento que ya os sabéis pero este tiene alguna que otra sorpresa, ¿me contáis qué os parece? 
Por cierto, el autor de este relato es Roald Dahl, ¿os suena? Sí, es el mismo autor de Matilda (fragmento que leímos en la Unidad 1 de Lengua) y además está escrito en verso.

Espero que os guste y si queréis podéis comentar con vuestro momento favorito del relato. 

CAPERUCITA ROJA
     Y EL LOBO.    



Estando una mañana haciendo el bobo
le entró un hambre espantosa al Señor Lobo,
así que, para echarse algo a la muela,
se fue corriendo a casa de la Abuela.
"¿Puedo pasar, Señora?", preguntó.
La pobre anciana, al verlo, se asustó
pensando: "¡Este me come de un bocado!".
Y, claro, no se había equivocado:
se convirtió la Abuela en alimento
en menos tiempo del que aquí te cuento.

Lo malo es que era flaca y tan huesuda
que al Lobo no le fue de gran ayuda:
"Sigo teniendo un hambre aterradora...
¡Tendré que merendarme otra señora!".
Y, al no encontrar ninguna en la nevera,
gruñó con impaciencia aquella fiera:
"¡Esperaré sentado hasta que vuelva
Caperucita Roja de la Selva!"
-que así llamaba al Bosque la alimaña,
creyéndose en Brasil y no en España-.

Y porque no se viera su fiereza,
se disfrazó de abuela con presteza,
se dio laca en las uñas y en el pelo,
se puso la gran falda gris de vuelo,
zapatos, sombrerito, una chaqueta
y se sentó en espera de la nieta.

Llegó por fin Caperu a mediodía
y dijo: "¿Cómo estás, abuela mía?
Por cierto, ¡me impresionan tus orejas!".
"Para mejor oírte, que las viejas
somos un poco sordas". "¡Abuelita,
qué ojos tan grandes tienes!". "Claro, hijita,
son las lentillas nuevas que me ha puesto
para que pueda verte Don Ernesto
el oculista", dijo el animal
mirándola con gesto angelical
mientras se le ocurría que la chica
iba a saberle mil veces más rica
que el rancho precedente. 

De repente Caperucita dijo: "¡Qué
imponente 
abrigo de piel llevas este invierno!".
El Lobo, estupefacto, dijo: "¡Un cuerno!
O no sabes el cuento o tú me mientes:
¡Ahora te toca hablarme de _mis dientes_!
¿Me estás tomando el pelo...? Oye, mocosa,
te comeré ahora mismo y a otra cosa".

Pero ella se sentó en un canapé
y se sacó un revólver del corsé,
con calma apuntó bien a la cabeza
y -¡pam!- allí cayó la buena pieza.

Al poco tiempo vi a Caperucita
cruzando por el Bosque... ¡Pobrecita!
¿Sabéis lo que llevaba la infeliz?
Pues nada menos que un sobrepelliz
que a mí me pareció de piel de un lobo
que estuvo una mañana haciendo el bobo.

14 comentarios:

  1. que guay esta ¿este poema es de un libro que se llama cuentos en verso para niños perversos?

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    1. ¡Hola Ale! Sí, es de ese libro: Cuentos en verso para niños perversos. Es muy divertido ;)

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  2. Vas ha ser la profesora y a la vez una escritora alucinante

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  3. Me esta dando mucha rabia que estoy mirando ahora el blog y me has fastidiado el poema que he pensado yo esta tarde

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  4. Respuestas
    1. Yo creo que lo se pero no estoy muy segura...

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  5. Nuria en mi ordenador en el párrafo 4 en la primera línea me pone ''llego por fin caperu al mediodía ''y luego como sige

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  6. Hasta el miércoles no lo sabréis por ahora solo lo se yo

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